CUERVOS Y RELÀMPAGOS

vos, que llegaste a la sombra, rìo hambriento de vida por una tierra agreste
como un pez sangriento de victoria sobrenatural
a recibir mis ojos arropados en cuencos entre bosques huidizos, entre barcos durmiendo entre esferas sangrantes
vos nunca fòsil de tierra helada tan espacio tan verdad todo
como un puñal en la boca en un jardìn tardìo
Vos sobre las piedras de dolor innumerable
con un callado ritmo de silencios tan mudos, casi como fantasmas de lucièrnagas suplicio
a bocanadas surgiendo ante la fuente implacable nunca dormido
a convertir el amor en el pulso de los puertos
a ser los cuerpos que nunca en su dorada insistencia todos azules de miedo
despeñados e ilìcitos
vos que sacaste entonces la màscara impùdica cuyo fuego no ilumina
con esa extraña firmeza de los que exploran el mundo en su invisible agonìa de partos
inacabables
en mi fatiga de pecho duplicado fuiste una especie de trama oscura
la belleza insobornable
los cuervos y los relàmpagos
 en aquel dia fetal en que yo huía del frio desarropada en la piel como un gemido
estabas alli buscando mi respuesta siniestrada
y yo tan triste que vos casi podias oirlo
ahora que lo sabemos apenas en los insomnios descubrimos presurosos los caminos
con una mirada cìclope de aventura desgarrada
somos casi invencibles
tengo que salir por la noche feroz, andar entre los grillos
miro los hilos plateados de la araña oscura
la bruma que se mezcla implacable con vertiente de sonidos
vos que sos aquella calle gris que oculta un fantasma vivo
no se
como nombrarte
pero si existes, existo.