Te veo
desnuda empapada en sudor
los brazos hacia el cielo
tus alas salpicadas de palomas
Has quebrado el frío con tus piernas
has clamado piedad y andado de rodillas
las sábanas agujereadas por el frío de la noche
y dios no te escuchó
Tus hijos abrían las puertas de la sombra
y tu llanto inundaba
los cordones umbilicales anudados
por el collar de la nostalgia.
Estabas tan triste
que tu corazón al latir
era un jirón de sueños
vuelto esclavo.
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De "El tiempo de la lluvia" (1998)
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