
Calle, ojos grises
sombra del rastro del hombre
tiene en la frente un agudo martillo
de pequeños huesos azules
y sangre vestida de fiesta para el herrumbre del sol
cabizbajo pasea, me mira distraído...
Vi a Darnauchans en la mañana
bajo la niebla de mi televisión herida
templando el instrumento de su alma
tan pálido y tan triste debajo de sus anteojos negros
tan húmedo de lágrimas debatiéndose en un mar de girasoles solidarios.
Hoy he nacido hace ya unos años
mi padre llama y siento que resbalo entre sus brazos
en el vérnix de ternura que me queda
MI pequeña hija sonríe bellamente como todos los días
en que pone guitarras en mi cama dolorida y las incendia de luz
Lejos de la sombra de mis pies
viajo por el corredor lleno de madre delgada y temblorosa
que me pariera entonces
es en su piel que quedo recostada prometiéndole
volver a nacer
me envuelve un tibio abrazo espeso
un beso enorme
una música de huesos deliciosos
un pan de carne tibia
un extraño olor irrepetible
y corto feliz y decidida los restos aún latientes
de aquel viejo cordón umbilical
que aún me pertenece.
* * *
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