Me convoca que mienta la tristeza su congoja de reptil organizado
que me lleve traspasada por la muerte con esa sed de vidrio
habrán hombres que descansen en la lluvia con lutos por el cepo del agravio
entre la pálida tierra y el mar verde de sol hay jarrones quebrados
mi cuerpo jura parirse
rápido de hojas, sutilmente ardiendo por las viejas escaleras
crepitando el hierro del tren por donde vas con tu cántico de mármol
ferroviario.
He visto en el periódico una imágen
ruinas cólericas, palabras con huesos amontonados
una especie de marea despidiendo llamaradas de túnel estropeado
mujeres con los rostros empapados
entre casas sórdidas, amuralladas, ocupadas por hambre
bocas llenas de relojes , la garganta esculpiendo tormento
sobre los corazones un río de emigrar incesante
goteando ortigas de las manos.
He visto mi fantasma huir
pedir auxilio
caminar de rodillas, sonámbulo
ser un explosivo manantial de sangre impura
derramar sus semillas, ciego pan de misterio desbocado.
Es un amargo instrumento el desamparo.
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