Tiene un alma terrible
silencio oscuro de tumba
ella cae desplegando escombros
ella muda
la calle está larga ahora
en el musgo vino en las sombras
me devoraba el rostro
en idiomas coléricos indescifrables
me ataba a muros cubiertos de espuma
remendada de sol
el agudo reconquistado sueño
y la muerte siempre con sus banderas en el viento
salpicando sueños de guitarras enérgicas
todas crecidas de luna.
* * *
Una imagen de mujer que no conozco más que por su nombre ficticio, que pretende ser alba y es noche interminable, oscura, amenazante, sin estrellas, víctima de sus propias sombras.
ResponderEliminarElla se presentó ante mí sin que fuera tu intención , tal vez, traerla.
Ella amarga la dulzura de los amores.
Quizás no pueda, quizás no quiera.
Sin juicio, la alejo, se va en tus versos que la conjuran.
Tremendo y bello este poema.
Duro e imprescindible.
"salpicando sueños de guitarras enérgicas
ResponderEliminartodas crecidas de luna."
gracias Laura!
Clarisa