“En la ciudad callada y sola mi voz despierta una profunda resonancia”.
Bernardez.
Bernardez.
Arde la voz que en llamas desprende una estela de fuego.
Debajo del puente, el río.
Debajo del puente, el sueño, el barco de gotas de sol cristalino.
En esta calle un día jugaban al ajedrez y una bailarina envuelta en brumas.
Estrecho el sonido del fuego.
La certidumbre feroz de la vida existente.
La guitarra asombrosa en la noche
el piano implacable.
Mientras la luz infatigable crece, en tropeles de horas
que despiertan el mundo.
* * *
(Imagen gentileza de Ignacio Gauzellino, Argentina http://www.flickr.com/photos/ngauze)
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