
La extraña humanidad me respira, quiebra túneles, deposita el musgo de la estrella
me levanta del fango violento,abre grifos que gotean miel y planetarios menudos
dedos de niño
entonces sucede
Soy.
Permanezco dentro de la idea con la osamenta vertical del desencanto
giratorio inoperante músculo enajenado
soy la que recuerdo aquel cabello y sus relojes en la niebla
la esquina fundamental y las cabinas telefónicas
el sonido de un despertador media hora antes de medianoche.
No doy por tierra con todo lo que he amado
no lo salpico de naúseas, no invento la caja encadenada
no escupo sobre la piel humeante
Soy rayo de juncos inexplorados
la fértil clara espuma que ruge
todo el bosque
los instantes en que los barcos traducen el océano
me bendecirán en tropel esos agujeros cósmicos
solo por la lealtad que puntualmente me debo.
Ya pasó la tarde toda y su amarronado intento de volverse brisa
pero la nieve inhóspita que pone amargos los dedos llega en la noche
es un simple abejorro con pico de cuervo altivo
sólo tiene un nombre muy sencillo-terco olvido-
conoce todas las frases con magnificiencia ilusa
y se pierde lentamente en los dolores que agitan el descuido de lo vivo
Mi comprensión inusual es cáscara alegórica
tengo la carne atada a la estrecha continuidad de los oídos
son tantas palabras huecas las que escucho desde la osada fauce....
Acaba de suceder algo siniestro
pero dondequiera que estén los espejos seré espina de acero severa
para volver a escucharme por dentro de los silencios.
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