Amar sin caparazón
estar indescifrable en ciudades destruidas
del alma
casi entera entre espacios altos enmudecida de risa
ardiente fruta de piel vencida
Llegar hasta tí desde cascadas, madrugándote
caliente al soplo de la vida
con todos los huesos desnudos en humedad de peces
algunos extensos espejos solísimos gastados.
Llevarte por el rumor aún remoto de los tigres
sin trEgua ahondando cadenas no envejecida ni en luto
sólo un instante, el sonido
sólo un instante grilletes no marchitos de nueces crepitantes
Aún tengo puertas no giratorias, inviolables canceles de la esperanza
ruegos imploradores de árboles vivos
prisionera agasajada severamente
Entraña pensativa custodia y canta
pulmones regocijados con ávidos horizontes.
No ha de yacer por mitades amor y olvido
No dejaré el pavor hueco de tu escondrijo.
Celebraré la agonía de tus pueblos apagados
para que abras las manos aún sin los ojos.
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