
Arropo paredes en las manos , son largos trayectos
virginales
Nada será paredón para tu piel azul
Solamente vendrás como un reflejo en la danza cautelosa
de los que pueblan la ciudad con ruinas
vendrás para mi búsqueda de huesos en el fuego
arderé para tí oblicua y diminuta
Todo haré para que finalmente cantes
Muda en la impureza desnuda para siempre
te llevaré en la espalda como un cesto de luces
pisaré tus esquemas con el vientre enigmático
puedes morir un poco para nacer amándome.
Una vez te leí surtidor de los grillos
y fui casi tiránica desgarrando tu nombre.
Eras el caracol suave de la esperanza
Tenías varios tentáculos que luego desconocías
un cuello con una espada
eras fantasma de puerta y una invocación de traje
bajo la tierra quebrada prologabas todo sueño.
El tiempo que ahora nos resta no tiene dedos de niño.
No has de encerrar el mar.
Todos hemos golpeado la superficie de un grito
No te crispes.
Soy destino.
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