Esas sombras de sangre en la ropa que vuela sobre el espejo.
Ropa muda,callada mariposa negra,veloz deshollinador de la esperanza.
Apenas llueve sobre los dedos apuñalados de ira, nada parece revertirse
los inútiles manuales de la sabiduría imposible escapan desde el vientre entre
vagos sortilegios de música vacía.
He explicado la abreviatura de la gota de cielo.
Es máscara de dados.
A veces,bandada de estrellas
La matriz desdichada reinventa los motores de la estrella.
Y nazco.
Vengo desde la muerte decidida a nacer.
Soy el hartazgo de la telaraña,los candados entreabiertos de una idea impura.
Visceral,medular,histérica
Hermética....
Sobrevivo por el roce de las hojas entreabiertas
y la piedad de los ojos que no pueden con la desnudez cálida del mundo.
Soy, desde el primer día la verdadera cara del último ojo de la mosca.
Paridora de cabezas de bronce,útil para el invierno,sólida en el incendio
nunca desventurada...
La vida de los otros tiene pared de agua musgo.
Solo amo lo que me detiene sobre el hilo cenagoso esperando entre maderos quebrados.
A veces,un faro.
Otras,un abrazo de articulaciones inciertas.
Lo homogeneo testifica lo imposible.
Puedo parirme sobre los cuadriláteros con palidez de piel inabarcable
Decididamente crezco desde las mutilaciones con ferocidad dorada.
Soy mi propia muerte al amparo de las manos.
Solo tu amor que grita sacude mi desamparo.
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