Este es el sitio poético de Laura Martínez Coronel.

ALICIA YA NO VIVE AQUÍ


-¿Cuál es tu nombre?-preguntó el Cervatillo finalmente
-¡Cómo me gustaría saberlo!-pensó Alicia y respondió algo triste
-Por el momento: Nada-
“Alicia a través del espejo “Lewis Carroll

I

Estoy encerrada dentro de mi cuerpo.
Frágil cuerpo menudo con dedos húmedos empapados de azúcar sórdida. Un día enceguecí.

Primero me sentía magullada, herida. “Parece que hubiera caído de
un balcón y luego las piedras sobre mí. Agujas en los músculos. Iré
a descansar. Caminaba por el centro de Montevideo con un par de
compañeras de trabajo. Creo que fue en un semáforo, todo se
volvió sombra líquida, las personas se elevaban y abruptamente
descendían hacia las baldosas grises, algunas estatuas ensayaban
el vuelo. “No veo” les decía.

 Estaban acostumbradas a mi manera
de vivir en metáfora pero no veía de veras y tenía los ojos bien
abiertos. Cuando todo se oscureció por completo, en el momento en
el que entré al túnel de mi vientre, ya no pude pensar. Tenía un
celular de aquellos, de la “linternita”, la batería duraba mucho
tiempo. Creo que ya tendida en la calle escribí” de mi vida se ha
escapado la dulzura”.

Desperté en la sala de emergencias de un
hospital. Diabetes, dijeron. Un número: siete. Alguien me acariciaba
la frente. Desdoblada, lenta, incorpórea y fatigada, soñando con
animales fantásticos después de derrumbarme sobre el rugido de la
cabeza, finalmente en calma, logré dormir.

II

La vi. Era peligrosamente humana y profundamente hermosa.
Yo, una niña tímida, insegura y algo triste. Miraba mis zapatos
nuevos mientras mis pies se balanceaban, llevaba un pantalón.
Hubiera querido llevar una cinta en el cabello, no se lo dije a nadie,
temo que no hubieran atendido ese estúpido requerimiento de
femineidad encomillada.

 Era el cumpleaños de su hermana, por ese
tiempo mi mejor amiga. Era toda una sonrisa. En ese julio de frío,
levantó el poncho que llevaba para mostrar su vientre abultado. En
un par de meses nacería su segundo hijo, una niña que llevaría el
nombre de un hermano de Alicia que había muerto
prematuramente un día antes de navidad.

Nací pocos meses después de aquel tristísimo suceso, siento
que lo conocí, sus mirada seria y profunda me acompañará
siempre, detenida en diferentes cuadros que abundaban en la casa.
La vi y toda ella era música, vida viva y poderosa, venas ardientes,
arterias voraces, el piano encendido, las palabras urgentes, la
lucidez misteriosa.

Parecía la Alicia de Lewis Carroll, con el conejo blanco, el reloj, los
hermanos siameses y el gato que se escondía en el bosque de las
encrucijadas.
No fue hasta muchos años después en que nos volvimos hermanas
por opción, de modo tal que su padre, también se convirtió en
alguien tan cercano que llegué a nombrarlo “el padre de mi alma”.
Recuerdo a ese hombre brillante, aquel 27 de Junio en que
llevamos su cajón sobre los hombros, la cantidad de estudiantes de
pie fuera del Liceo 1 de Melo, reverenciando a uno de los seres
humanos más increíbles que he logrado conocer además de gran
docente.
“¿No te gusta Matemática? Raro.Me gusta tanto escucharte
interpretar a Bela Bartok. La música tiene mucho de matemática”.
Enfermó y en su escritorio armaron el dormitorio. Recuerdo su
rostro de cara hacia el jardín y las volutas de humo del cigarro sin
filtro cuyo aroma llegué a adorar. Horas antes de morir pidió que le
encendieran uno. Fue el último.

Nunca lo olvidaré

III

Escucho un gemido desgarrador.
-¿Alicia se encuentra?-
_Ah, sos tú. Si, ella ya sabe de tu esperanza. No está bien. Parece
que tiene algo estomacal. Le aviso que llamaste-
La tarde abrió su boca gigantesca y sorpresivamente me tomó de
las mejillas como escupiendo flores destruidas.
-Llamaré yo. También escucho gritos de un cuerpo que se me
antoja arqueado. Hay dolor-

Voy a dejar un libro en una oficina. La mujer me sale al encuentro.
-Es que no sabes todo lo que ha estado viviendo en estos tiempos-
-La soledad, esa vieja tramposa de flojas carcajadas irónicas…-
-Él es un hombre violento-
-Ella ya no sabía de dulzura. Rememoré el instante aquel con su
eclipse fatal. Le escribí un largo poema que lamentablemente
desapareció. Fue en aquella computadora vieja cuyo disco duro se
quebró. Un libro entero se perdió en el espacio-
-No logro explicar lo que sucede pero estoy segura que es dolor
agigantándose-

-Alicia ya no vive aquí-

IV

La extensa agonía. El corazón temblando. Horas interminables
esperando noticias. Un día salió del centro de terapia intensiva,
procuraba comunicar lo inteligible, algo que nace en un sitio del
alma despojado de signos pero intenta ir hacia la superficie. Dormía
mucho. Si despertaba, respirando con dificultad, lograba tomar un
poco de agua, luego se dormía otra vez, con una expresión vaga de
desprendimiento.

Prometí que iría a verla aunque sabía que difícilmente la
encontraría.
Cuando llegué al lugar soñé con una campana tocando en la lejanía
proveniente de una imaginaria catedral.

Iba con una amiga en común, creo que sin decir nada sabíamos
que nos aproximábamos a una parte de nuestra historia en un
diminuto cuerpo de mujer con un rompecabezas destruido
irreversiblemente desperdigado en el piso. Sé que en sueños se
levantaba y los juntaba, andamio por andamio de su propia vida,
furiosa y delicadamente, rodeada por la tormenta entre relámpagos
de placer y paz.

 Escuchaba los acordes que cuando adolescente
compartíamos con lenguaje similar, ella enseñándome el camino de
los pequeños capullitos de rosa en la madrugada y yo sacando la
carta seis de trébol una y otra vez con su emperatriz desprovista de
la magia necesaria para traerla de regreso a casa.

V

Vimos una mujer pequeña acurrucada en el silencio. Un hombre
tosía desesperadamente detrás del biombo que los separaba.
-Me voy a morir-dijo. Creo que fue su frase más clara, antes que
empezara a hacer círculos en el aire, nombrar fantasmas, señalar
una hora inexistente, pedir para cruzar el patio, regar los jazmines,
o abrazar a Laika, su pequeña perra negra, aquella que me ladraba
en la infancia.
- Escucha la música. Si, aquella del violín en llamas. La promesa de
que no dejará de sonar hasta el final ¿Tienes que vivir, sabes?
Afuera está el sol-
En la hora del postre, la crema derretida, los pálidos caballos, la
próxima navidad y algunos carnavales con sus manos
ensangrentadas en tambores.
-¿Y los compañeros? ¿Viste a los compañeros?-
-Es el cumpleaños de Seregni-
Sonrió. Las encías desnudas, la tos ensordecedora, el silencio
agigantándose

VI

Todo lo que siguió fue fatal e inexplicable. Salí inmovilizada y ágil
como seguramente pueden ser los ínfimos planetas que estallan.
Quería devolverle algo que no hubiera imaginado jamás. Pensé en
caracolas, el sonido del mar, el cielo abierto.
-La tomé en mis brazos y pesaba menos que una niña-
Nunca he sido cobarde sin embargo temblé peligrando dejarla caer
¿Estaríamos en el país de los espejos? ¿Aún existiría la maravilla?
En el camino de retorno entre a la casa de Juana de América y vi
rodeado por vidrios el cadáver de la higuera. Estuve un escaso
tiempo sentada en un banco, inmersa en un presente nostálgico
interminable.

Por la noche vi a Alicia crecer más grande que sí
misma sumergida en el enorme misterio que supone la vida cuando
le da las manos heladas a la muerte y sin titubear exclama:
¡Hermana!

9 comentarios:

  1. Laura no lo había leído que hermoso , estamos todos lo que tenemos que estar... lloro porque ya no está. Gracias. Laura

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    Respuestas
    1. Es que este blog había sido intervenido por extrañas manos oscuras.Puede seguirse.Hasta me habían desaparecido la cantidad de seguidores que no eran pocos.Publicaré aquí mis poesías, mis crónicas, en fin.El que quiere comentar está genial, el que quiere seguir el blog va a encontrar un botón "seguir " cerca de mi fotografía, a la izquierda.Puede recibir las publicaciones en su mail.Un abrazo enorme.

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    2. Solo cruzó al otro parque.Hay luz y libertad.todos vamos hacia allí.Todos.

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  2. Un gusto poder compartir su blog.Anselmo Cilintano Rodríguez

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  3. Hermoso poema!! De una gran poeta y bella mujer!!😇🙏

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  4. Respuestas
    1. Gracias.El blog se puede seguir y encontrarán en el poesía, crónicas, ensayo, música.Un abrazo enorme

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