Pobre de aquella piel
que mordiste un día
fantasma de esta otra piel
ayuno de fuego
late la palma de mi mano
roja, ensordecedora
sobre la palma de mi mano
fantasma de un nuevo brazo
venoso y negro
hueles a esos aceites tan nauseabundos
ningún gemido expande tu cuerpo muerto
cenicienta deslealtad
infiel tortuosa cicatriz del sueño
manos de niño cruel
bestia pegajosa
lágrimas en donde veo
caer tan triste
la caricatura breve de tus espejos
duende de la basura
gusano tieso
pobre de tu alma impura
ya no hay regreso.
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Rogamos identificarse con nombre y apellido. De lo contrario, se eliminará el mensaje.