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Este es el sitio poético de Laura Martínez Coronel.
UN CAMINO POBLADO DE MUNDOS
Otoño con plaza, la cuarta parte de mi rostro en un temblor de las hojas
pensamientos que ocurren cuando acudimos a vernos
la enorme tristeza del mundo es mi ropa rota, mis zapatos ajenos
nauseosa por los caudalosos temblores del almanaque
la sudoración nocturna vértigo de hamaca solitaria
Alguien me pregunta si soy quien no recuerda
contesto que tampoco recuerdo quien soy, que solo veo ríos sacudidos por un ciego
y un plato con arroz, trocitos de manzana y pasas de uva que duelen como golpes en el pecho.
Pero ante mí se extiende un camino poblado de mundos
los que se articulan con fantástica armonía
soy salvada del naufragio por un amigo que tiene corazón de mar
extenso océano, dadivoso, bueno
esos seres que apenas aparecen en tu anfiteatro de estrellas y dudas
te desenmascaran en la hora precisa en que te asfixia el llanto
Soy salvada,
toda la miel del cielo se reparte en mi cabeza y huyen aquellos pájaros oscuros
vuelvo a ser otoño dulce, luz definitivamente inmortal.
Camino, un poco simplemente, entre perros que ladran silenciosos
vuelvo a tener mis dos manos
el pelo se ha llenado de moscas pero no importa
en esta hora de alevosía innumerable
no seré viajero diligente con la sed de unas piernas que desaman , desarman, me desandan
conozco el subgrupo de los feroces murciélagos
la naúsea
el mohín del cráneo irreproducible
el silencio
aun mas hondo y mas largo que el pozo del incendio
Me despierto y soy una absurda amorfa abstracción en desuso
incertidumbre, sudor, frío, venas que se rompen
le pido al día que proyecte su voluntad no marchita sobre el resto de mis alas
pero todo se convierte en la saliva histérica de la amenaza
en un plato de arroz, manzana y pasas de uva hundido en el fondo de la heladera
y no se cuanta alegría notoria reside entre las plumas de la nada.
Pero no importa
ante mi se extiende un camino poblado de mundos
parezco un insecto tendido sobre el pie de la sorpresa
una medusa que ríe con sus sueños en azul
con las lágrimas que quedan beso los orificios del saco.
Deberías haberme visto, sentada sobre un madero
tiritando de dolor, con frío
nada te gusta más que incinerar las estrellas
llevas la soga suelta y la das en sacrificio
pero yo me acuesto sobre mi lápida y bendigo el infierno del día
y hago con la ira trazos verdaderos
Yo he amado
sobre el pino y en la espalda de las láminas
en las cárceles, en el autoexilio, también en el nunca buscado destierro
he amado
e inesperadamente estoy fuera de mi casa
escribiendo realidad y desespero
Se cerrará la puerta, me volveré invisible
tengo el secreto de la música
abandoné los ojos
en la última cama que me amaste
Al fin me pertenezco.
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