OTRAS VOCES CALLANDO

Nadie dijo nada de la ruptura de la mano fuego de la madera
una noche de vela encendida temblando, un cuerpo agudo, una metáfora perdida
nadie dijo nada sobre el cielo devastado de un bosque con agujas
de la fieras moscas con frío y abejas muertas
nadie dijo que ya no subimos las fauces de la escalera
y nuestros músculos gritan en la lluvia
de las niñas pariendo las heladas sin luciérnagas
o las muecas feroces de los hombres en la movediza crueldad de la impaciencia
todo es callado para siempre
callado
el esqueleto hundido en una sangre de ojos
la dormida desatada astucia de la noche
prófugos siniestrando la esperanza y toda música
todos dormian arropados con escombros
todos huían en la intrusa alianza de la muerte.
hoy es el día en que ella habitaba los hospitales de la guerra
la esperan los precipicios y los muros con la viscosidad amante del abrazo
ella dictará las palabras de intensas mariposas imposibles
para mi día con su costumbre de desatino y ausencia
entre los cuerpos inválidos con osamentas de trigo
Se sacudirán las rosas de misterioso antropófago
con crisálidas tenues de terrible grisura
Ella lo vio todo 
el incendio y la luna
el amor que dormia y mi cuerpo quebrándose
pero calló en la frente de su piedad respirable
abandonando la oscura geografía de las voces
pero resisto, resisto como una bestia arrogante
 y se acerca el mediodía con óxido en los espejos
a la par que la herida que entre párpados se teje.