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Este es el sitio poético de Laura Martínez Coronel.
EL TEMBLOR DE LA PIEDRA
Crece el día con su puerta frágil en el deseo del parque.
Falta poco para el empedrado nudo dónde viajo
siempre recibo pestañas en el rumbo apagado del llanto.
Si supiera habitarse de sí aquella cara ilustrada de roble
esfigie macabra puñalada en celo luto del ojo arbolado
me pondría de pie por el sol con el sexo celeste de sombra
no contestaría las preguntas del espacio
tendería redes en vertiente por la noche
y las pocas palabras de la máscara serían el temblor de la piedra.
Pero es esta lluvia confusa, esta pequeña mano amputada
el hombre que corría en la madrugada pavoroso de incendio
los hijos que amo en las rutas crepitantes del día
especialmente uno, cabizbajo sobre la hierba húmeda de grillos.
Prometo que en lo alto del cuello aún llevo la cabeza
me abandono a las celebraciones infelices
atravieso orificios encorvada por un mapa de estrellas imposibles.
Hay formas del dolor que giran nunca estrechos
antes fui una mano que consolaba y vencía
viví en el salitre del café de los instrumentos apagados
eran nuestras palabras de miseria protectora
ahora
todo me aparta desde aquel extravío en el pozo de la idea
domingos inactivos o lunes en baraja
puedo olvidar la inocencia de la tarde
en ciertos lugares
pierdo mucho tiempo
reconozco las huellas envejecidas de la esfera del trigo
en cada muelle invisible me conduelo y poco digo
son los secretos del agua ondulantes e imprecisos
No hay estímulo fraterno, solo enjambres de suplicio.
Y si algun dia del nunca una voz todavía desgarra el enorme odio
que dice amor a los gritos
espero haberme perdido sin regreso junto a mí
conmigo
para mirar las palabras en torrentes desprendidas de las manos
como escalones callados
o un enjambre de reptiles con ternura
en aridez de viento vivo.
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