CON LOS DEDOS ABIERTOS

Estos simulacros de envío, esta secreta moneda,



la última luz de un pájaro dónde un hombre me habita.



Cuerpos mueren ficticios azules de agua



cuerpos que se congregan en derredor de tumbas



como si fueses tú con los dedos abiertos



no perdonando el último dolor del fuego.



Esa extraña delicia de olvidarte tan sólo....



Fui un gramo de tigre sobre un rayo inequívoco



una mujer desnuda con pezones sangrando



pronto supe el camino de tus pies tan oscuros



en el contacto cósmico de sus alas marítimas.



Te arrojas sobre vértigo, frenético arrogante



me pierdo en otro cuerpo entre trozos de angustia



te sueño en el impuro plural de tus bemoles



cuantas veces silencio en la frente callada.



Qué haces que no te apartas de mi



médula espástica?



Ayer eras la tierra del manzano quejoso



el incesto fantasma de los mapas radiantes



sudabas como piernas madeja de la gloria



momia desolada en parques cálidos de gozo.



Hoy grillo sideral satélite olvidado



doliéndome doliéndome entre nudos y dados



entre cuevas de insectos con sienes y breviarios



con los puños debajo de la almohada me duermo



y despierto entre barcos asustada y en celo.



Presiento que ese amor infinito que declaras



es una vieja máscara al costado del mundo.





Voy a sobrar de tí aunque no quieras



tengo raíz al límite para crecer ahogándome



más abajo del alma tú latido no cabe



sólo el soplo estertor de tu espalda de viaje.





Ardiente fui, ahora déjame, pálida geometría invade.



Te devuelvo aquellos ojos de corazón vacilante



la ternura de un cerrojo, una despiadada llave



y la caja de la luz dónde un día me encontraste