Las ásperas sílabas
comen peces desnudos en la arena
En alguna parte la oscuridad ha sitiado las campanadas del cuchillo
el silencio sostiene lunas entre los edificios de agua.
He dejado de tener manos pero escribo con la ferocidad del fuego
deslizandome entre escombros, reptando aguda
salpicando corcheas plateadas sobre los desnudos vestigios de una plaza
donde desmayé siniestra sobre los gajos de una fuente
cuyo senos eran frutas auxiliadas por música de incofesable madera
El espíritu impune domestica la trampa
rasga vértebras en su medular decimal agudeza del nunca
quedan siempre las lacerantes suposiciones del tiempo
digo flores con el sueño del alcohólico tendido sobre mi cuerpo
agasajado por la espuma incierta de los túneles
recorriendome ileso.
Aún así
he dejado de tener ojos
y ni a través de los párpados veo
mi corazón latiendo
aunque grito iracunda entre pétalos de volcán y ruedo
sobre un vientre azul, inmisericorde
que me ha puesto de bruces a cumplir las debilitadas nunca estructuras
de los quebrados espejos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Rogamos identificarse con nombre y apellido. De lo contrario, se eliminará el mensaje.