EL PLACER DE LOS CADÁVERES.

No pienso, como el tórrido desierto calla
del mismo modo que la mortalidad de los cuencos es una metáfora de la sonrisa
soy un corazón y esto es maldito, un dromedario fatal en la garganta
eres solo una mariposa muerta en la matriz un grito una silla plateada que se divide
en vaporosa sustancia movediza
Mi padre me buscaba en el patio algunas veces mientras aleteaba la música como un espía inevitable
mi madre siempre estuvo cerca del agua fluyendo en los ramajes sombríos de la idea
Crecí desesperadamente
ahora debo aprender a morir.
Resistí el amor cuando es el instante que finalmente olvidas
estuve habitada por enredaderas pálidas y sirenas misteriosas
conocí el placer de los cadáveres
siniestré la noche y sus bosques poblados de cornisas
recuerdo el olor metálico de aquellas salas en las que entraba a parir el mundo
cruzo los brazos en el pecho en apogeo
 de lágrimas
Fui una bruja bella, la carta preciosa de un tarot imposible,la mujer descalza y triste
la dueña de las cerezas del idioma
Ahora debo aprender a morir.