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Este es el sitio poético de Laura Martínez Coronel.
EL COLOR DE MI EQUIPAJE
De toda la perseverancia excomulgada
en la costumbre desierto triste que buscaba mi piel
manuales podría tener por almohada
el próspero aliento de los días purgatorio de espinas
podría ser la bocacalle dónde el puñal titubea
o el corredor del vientre paridor de todas las flores del mundo
una fuente de brazos caídos por el suelo cansados de abrazar
una guitarra olvidada poblada por mariposas
podría
ondular flexible entre medusas y cuevas
tocar la pena con la agilidad del viento
advertir los océanos derramarse y crear un atrio de paredes
ver el fondo de los intestinos del águila
imponer un apagado tormento
Ir desnuda y plateada repartiendo agua
tan intransigente con los infecundos rasguños
de los necios que desconstruyen desde sus púlpitos lápida
animarme a sonreír entre pulpos camaleónicos
besar las vocales con apagada dulzura
continuar en la sombra como un árbol bendito
y no cortar el rumbo de los matorrales del camino
por dónde el grueso frío de su ropa habrá de transitar sin ningun ruido
Podría
-se me ocurre-
rejuvenecer veinte años
sobornar el destino
aparecer amorfa poseída por el vino
toda de nieve con un pequeño cosmos de pezones abiertos
treparme a la rama roja y oculta de los siglos
llevando en la palma de la mano un reloj cubierto por esperma
Y todo sería inútil y oscuro
como los negros hongos que cubren mi edificio
En el averno impuro del hondo sacrificio
entre sombras de bocas la tierra tendría nombre
la angustia espesa interrogante
los sueños áridos
los huérfanos heridos
la nonata piedad para un sosiego urgente
Todo me parece un país lejano
adónde jamás retornaré
por eso voy creciendo por el muro con la docilidad mas humillante
por ropa los intactos alfabetos de a jirones latiendo
y el mundo oscurecido por completo
con sus enormes langostas mutiladas
y sobre todo tú callado y sin asombro
desprendido de mí entre abismos imprecisos
de rodillas como un gitano hambriento
caminando iracundo y oxidado por una plaza muerta.
Te arranco como fuego de una herida
hundida en la alegría que no estuvo
la lluvia en círculos
el soplido metálico
brusca prisionera del pan salvaje
nunca he tenido tiempo para perderme entera
Se vienen dias feroces , cerrados, invernales
días con plumas de tigre
ineficaces.
Y yo pediré perdón naciendo a la intemperie
entre blasfemias interminables
En la línea impúdica de un papel perdido
alguien leerá entrelíneas el color de mi equipaje.
LIMC
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