Vivo dentro de piedras con color de hombres
huye la luz en su despertar desnudo con sabor de seno impalpable.
La casa no niega el anticipo de sus flores fugaces
no permite mis gritos y escupo sus cerrojos.
Tiempo turbio, suelo con voces, animales cabizbajos
la destrucción de la hoja que resta del almanaque con sus dias de sombra
los soles andan hambrientos en la tarde que cae.
Me abrazas, sólido, desde la celda de tus ojos
vas por los rincones de humo líquido con tu piel de arteria desdoblada
Vas diciendo mi vientre arrebatando nudos
exquisito suavemente perturbado
Tengo por requisito una serie de gestos anteriores
los blandos postigos dónde finalmente crece lluvia
el hospedaje de las horas con manecillas de una especie irrefrenable
la audaz bocanada de los irritados faros
amo perdida la agónica mirada que no ciega
escucho los dedos multiplicarse
si existe desventura luego habrá un contorno de esperanza
nadie me recordará en la tierra de nieve con el pecho áspero de sangre
Esta tarde ví otro destino atravesando los árboles
iba feliz desde la humanidad que conozco hecha de barro
esta es mi espada transparente de sed
la nunca inocencia de muerte que me ignora
mientras desde las plumas poderosas del viento
dejo que un manto de corazones me desvele
para ser el insomnio de los pájaros.
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