Soles herrumbrados sobre pájaros de fuego
árboles mudos indolentes en la hora de las calesitas irreales
parques con timones de tiniebla arrastra langostas
hombres dolientes riendo urgentes de tedio
tendidos sobre los lechos vacíos de hoteles con aromas nauseabundos
corriendo por interminables escaleras de espuma.
Días huyendo con sus almanaques de animales fotografiados
en posiciones de única mortandad
mirándome asombrados sobre imanes en las paredes
paralelos inocentes, con esos rostros destiempo y la limosna impuesta
de las agujas verbales.
Mujeres de sombría belleza desnudas fecundadas por niebla abandonada
dormidas sobre los senos cubiertos por los dedos crispados del placer
gimiendo entre estaciones de caricias orgásmicas
los ojos entrecerrados temblando el espasmo sangriento
húmedas esperando la libertad de un goce casi doloroso
Noche ve prisiones cerradas
un sueño por dentro
un pasadizo con pies de suaves pensamientos iracundos.
En el hallazgo existo.
Consisto.
Eternezco, vierto las llagas sobre la luz
espero tu espalda en llamas sobre la puerta sin candados de la tierra.
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