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Este es el sitio poético de Laura Martínez Coronel.
LOS PASOS PERDIDOS
Sumo lentamente lo íntimo nunca claro desolado
sideral escombro del texto dónde rítmica escribes
la imposible secuencia de tu aplazado mundo
Voy sola como un insecto agazapado en la risa
grietas herrumbradas de puertas con caracolas
soy pálido mercader y harapo de la madera
me queda toda la vida para ser fiel a la crueldad que nunca me contuviera.
Mi infancia fue una guitarra entreabierta bajo un parral de estrellas
mis hermanas cantaban perdidas en otras tierras
yo estaba siempre sola con mis libros ,la sal, abriendo pianos absurdos
cargando con mi nombre como un estigma de rara belleza
Fui salvaje en cada noche de balcones dónde me arrastraban al sueño
con los brazos destrozados llenos de letras
me miraba en los espejos, desnuda y grave
con los poros huracanados de niebla.
Crecí un poco, me vestía con túnicas gigantescas y bailaba hasta encenderme sin
memoria
mágica y lúbrica, en los retablos de la vida y de la muerte
donde recitaba cubierta de rosas negras
mientras me tapaba el rostro adelantándome entre luces
mi voz escuchaba
los versos implorantes de aquella mujer siniestra
la pasajera perdida, la dueña de la humedad, el fantasma de la barca en sus horas
majestuosas
Aún pasaron algunos años y bailando sobre pétalos, descalza, casi en penumbras
esa mujer pueblo se vaciaba ósea y eterna para existir en mis piernas.
Esa poeta
que me mira desde el cuadro cuando entro sin que nadie pueda verme a su casa restaurada
con imposible jardín y la higuera malograda
me siento en cada rincón, prohibido rincón que tiembla
y huyo como ladrona cuando la secta eclesiástica me condena.
Aunque nacimos las dos en idéntica ciudad "sosa" tú lo dijeras
te fuiste a extender el mar con tus pisadas de arena
a mi me niegan la llave de tu bosque y sobre el piano hay un río de macetas
he querido ponerme a tocar la música de tu oscura cabellera
siquiera una tecla puede ser pulsada ,gruñe
sin placer se queja
Un día celebraré el enjambre de violetas
que se fueron a volar cuando descalza contabas los sueños de tu cabeza
entre los pasos perdidos de aquel palacio
recitaré"Vida garfio" y no serás pasajera
las dos engendro de un pueblo tan triste que nos desdeña.-
en tu infancia estuvo el niño de los naranjos
en la mía el pájaro de oro de una soledad sin puertas
aún cuando la memoria parece que nos recuerda
lo cierto es que nos olvida, tú el escombro,
yo la sombra del candado que te encierra.
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