Los secretos rugen desde los pies de la música.
No quiero tu piel decreto inaccesible, tu mano ausente
la voz entre los juncos, el gato herido, un crujido callado
las espigas constantes de la roca branquia muda
Estoy hablando de toda la música
sangre que sobrevive cruda espectativa numérica
pentagramas transparentes nunca guantes escondrijo
Muero en las partituras sueltas sobre la tierra
Tengo horas drásticas y espaciosas en armonía con los mares cobijados
por hilos tenues
gozo anónima por desprender las amargas promesas
que sobresaltaron iglesias multitudinarias
Te llevo muchas veces en la vértebra mas aguda del alma
Soy la cintura del tiempo que no pasa y el regreso de la noche mas tórrida
agasajada por espumas de variable misericordia
Te llevo en aquella pared dónde recostabas tus brazos
desde el pie qué acercaste con lunares en el hombro
con la voz que incorporaste a mi memoria
y aquellas preguntas que no te contestara nunca...
Amo el acuario que sollozaba perezoso
la razón no pacífica de tus arenas felices
el pincel de esperanza que padecimos juntos
tu alma repleta de nudos y la mujer emigrante.
Amo esas soledades de truenos en los territorios de fuego
el poder olvidarte con certeza de nacerme
ser tan pobre que puedas poblar la lluvia de mis andenes quebrados
extendiendo un piano de musgo sobre las piedras preciosas.
Yo no sufro la hermosura irascible de tu historia
soy el camino rodeado por la geografía iluminada de sus ojos
el perímetro acéfalo de espaldas
Sabrás que dejé la primer guitarra construida con un árbol
florecida sinfónica tatuada con pájaros enormes
Ahora,despréndela de la piel de tu calle
Baila.
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