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Este es el sitio poético de Laura Martínez Coronel.
UNA BANDADA DE DADOS
Estoy aquí, soy descubierta por los orificios del cuello
entre gente que viene desde el sueño.
Reconozco la plenitud de mi soledad, el oro de la fuente,
la similitud tremenda con la vida que tenían tus ojos al no verme.
Todo el día he sido un corazón, he latido desde los dedos de los pies
a los cabellos
huérfana de mí rumbo al congelado rio de los huesos
El día me ha conmovido en sus posibilidades infinitas
ha sido el retorno hostil del olvido imprescindible
los crucigramas en silencio
el torpe alimento del titiritero
por la libertad he brindado y la ínfima unidad de las estrellas.
Me hablas de las raras ásperas horas verdes
de una alegría oscura de una febril caricia
te hundes en las llamas de la boca celebrando caminos
señalas un hombre cuya cabeza se desangra
pero yo ya he aprendido a no nombrarte
y tampoco te escucho descosido manual de la sapiencia
es inútil el periódico salvaje que muestran los pescadores
escoltando las ballenas y esa extraña ternura que te brota
mientras el aire borra el enorme cuerpo azul entre la niebla.
Aprendí a desdicharte cuando me cubro la cara
con la historia encumbrada de las piernas
y me arrollo fétida en la bravía alcantarilla de las moscas
manteniendo el olor de los lamentose entre ropas de metal que no prospera.
Aún tu no nacias
y mi cuerpo era un tronar de muerte espléndida.
Inexacta regreso al poco cielo que nos resta.
La protuberancia de las palabras construidas serán la última vanidad del sin embargo.
Una bandada de dados luego un ojo
voy por mí, no me detengas.
Estoy aquí en la otra parte del caparazón rasgado
haciendo intercambios de belleza inconfesable
vos con esa risa de memoria de metrópoli
yo, a mansalva desapareciendo
inhabitable libélula del fango.
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